La noche del sábado fue una celebración del boxeo en su máxima expresión, con un Frontón Labrit abarrotado por 1.200 espectadores que vibraron con cada golpe, cada esquiva y cada victoria.
Hace casi 10 años que a Raúl Escudero le picó el gusanillo por el boxeo. Por aquel entonces, Rayito –como más tarde le apodaría su entrenador– también jugaba a fútbol. Sin embargo ...